El primer año como emprendedor es el periodo de fuego.
Es cuando pasamos del deseo a la acción; y de una idea de negocio a un plan para conseguir el objetivo: comprobar que escogimos el camino indicado.
Por supuesto, es un año de muchísimos aprendizajes que no está exento de equivocaciones.
Durante mi primer año como emprendedora cometí varios errores que me han costado tiempo y algunas veces dinero.
Sin embargo, hoy que veo para atrás, me doy cuenta que de cada “metida de pata” he aprendido algo; y de allí he saltado a una etapa mejor.
Por eso, quise escribir este post. Para contarte cuáles han sido los errores que cometí en mi primer año como emprendedora, para que estés alerta. Y sobretodo para que sepas qué puedes hacer si pasas por una situación similar.
¿Qué encontrarás en este artículo?
Error 1: Quedarse en la planeación y el sobre-análisis
Cuando arranqué con mi negocio tenía una idea errónea de lo que sería emprender.
Realmente creía que si planeaba cada paso y me anticipaba con posibles soluciones a escenarios hipotéticos, me aseguraba de ir por buen camino.
En cierta medida me funcionó, porque me llevó a no emprender a ciegas y a tener una estrategia para probar mi idea de negocio.
Sin embargo, en un punto me estaba quedando estancada porque sentía que aún no estaba lista. Siempre había algo por analizar, ajustar, mejorar, perfeccionar…
En el fondo me atemorizaba salir de la fase de preparación, porque al hacerlo me enfrentaba a implementar ese plan y a comprobar si mi idea de negocio funcionaría.
La solución para salir de esa etapa, fue lanzarme con mi proyecto “imperfecto” e inacabado en una fecha que marqué como inaplazable.
Y no todo ha sido color de rosa, porque han llegado imprevistos y situaciones que ese plan no contemplaba.
Lo que aprendí es que los planes son necesarios para orientarnos hacia las metas que perseguimos. Sin embargo, sin implementación no valen nada.
¿Cómo evitar el sobre-análisis?
1- Ponte una fecha límite para planear. Una vez tengas listo el esquema de lo que quieres hacer, pasa a la acción. Entre más tiempo dejes en medio de estas dos fases (planeación e implementación), serás más propenso a caer en el sobre-análisis.
2- Recuerda que siempre es posible mejorar y que lo puedes hacer en el camino. El papel aguanta todo, pero lo que encuentras cuando pones tus ideas en práctica es lo que te mostrará por dónde debes seguir.
Error 2: Perseguir al cliente equivocado o intentar venderle a todo el mundo
En mis inicios, me lancé a buscar a un cliente ideal que realmente no conocía muy bien y al cual me resultaba difícil llegar.
Aunque tenía claro cuál era el problema de mi cliente, no consideré otros aspectos importantes. Por ejemplo: su situación económica y las objeciones que tendría a la hora de adquirir un servicio como el mío.
Esto me llevó a redefinir a mi cliente ideal. ¿Y cómo lo logré? Haciéndome la siguiente pregunta:
¿Y quién es realmente un cliente ideal?
1- Es esa persona que queremos y podemos ayudar a través de nuestros productos / servicios.
2- Es consciente de su problema y está buscando ayuda; o al menos tiene la intención de hacer algo para cambiar su situación.
3- Tiene el poder adquisitivo para darnos la retribución que deseamos; y si no es quien paga, es quien influye en la decisión de compra.
Mi cliente ideal había estado frente a mis narices todo el tiempo. Lo había atraído a través de mi marketing de contenidos y por el voz a voz de mis trabajos anteriores.
Una vez replantee mi rumbo, surgió mi primer servicio.
De lo que me he dado cuenta al trabajar con diferentes tipos de emprendedores es que muchos empiezan convencidos de que su producto o servicio es para todo aquel que pueda usarlo. Quieren llegar a todo el mundo o a clientes diversos con el mismo mensaje. Y allí viene el estrellón.
Cuando profundizamos en nuestro cliente ideal debemos preguntarnos no solo si esa persona tiene el problema, necesidad o anehlo que podemos resolver.
Debemos indagar por las razones y motivos que tendría para invertir en lo que ofrecemos. Así como en sus objeciones, para saber si está a nuestro alcance gestionarlas.
Si estás pasando por una etapa similar te recomiendo leer este post: Cómo encontrar al cliente de tus sueños
Error 3: Delegar sin considerar lo que se deja en manos de un tercero
Este error me costó dinero. La mitad de lo que tenía presupuestado invertir en mi primer año como emprendedora.
El primer trabajo que delegué fue la creación de mi página web. Como ya tenía experiencia con el manejo de blogs en wordpress, estaba convencida de que esa era la plataforma que más me convenía.
Sin embargo, quería que alguien con experiencia me asesorara para hacer una página con un diseño único y a mi medida.
Mi pecado fue escoger la primera opción que tuve a la mano. Un recomendado de una persona cercana; el cual me entregó una página a medias en mal funcionamiento y desapareció con el dinero abonado.
Si te gusta el cotilleo en este video te cuento la historia (Mi primera crisis de comunicación y cómo la gestiono)
Después de lo que me pasó, me di cuenta que una página web es como la casa online de tu negocio. No la puedes dejarla en manos de cualquiera. No solo porque arriesgas dinero sino datos valiosos y la reputación de tu negocio.
Quizás te interese: 4 cosas que debes saber antes de crear tu página web
Antes de delegar cualquier función te recomiendo:
1- Informarte muy bien de lo que necesitas para que no te metan gato por liebre.
2- Considera diferentes opciones y no te quedes con el recomendado de alguien, simplemente por ese hecho. Busca opiniones o testimonios de otras personas que hayan trabajado con esa persona o negocio para saber cómo fue su experiencia.
3- Ten en cuenta si al delegar quedarás dependiente de esa persona o negocio y por cuánto tiempo. ¿Tienes el dinero para pagar ese servicio de forma sostenida? ¿Qué pasará si ya no cuentas con su soporte y necesitas que alguien más se haga cargo?
4- Delega cuando realmente no puedas hacerlo por tu cuenta; y cuando la inversión en ese servicio te lleve a capitalizar tu negocio y puedas recuperar lo invertido.
4- Abarcar mucho, apretar poco
El primer plan de acción que tracé tenía actividades para ser desarrolladas por todo un equipo de marketing.
De eso me fui dando cuenta después, cuando empecé a ver que no llegaba ni a la mitad de mis metas.
El problema fue que no consideré mi punto de partida; cuáles son mis recursos en dinero, tiempo y conocimientos, para llegar a las metas propuestas.
Esto me llevó a tener un plan donde quería llegar a todo y no avanzaba en nada. Lo peor fue que perdí el foco de lo realmente importante: conseguir clientes y capitalizar mis primeros ingresos; porque esa es la prueba de que vamos por buen camino.
Debo confesar que perdí bastante tiempo y a la larga dinero que no ingresó a mi cuenta, por estar entretenida con actividades que no llevaban a nada. Como por ejemplo, intentar estar en 5 redes sociales, en todas a medio andar.
Después de darme cuenta de mi error me inventé un método para hacer un plan de acción a mi medida. Justo con lo necesario para alcanzar objetivos por año, meses y semanas; teniendo en cuenta las área estratégica de mi negocio.
Este método lo comparto con mis clientes cuando tienen dificultad para organziarse con todo. Lo desarrollamos juntos en una plantilla que les permite avanzar paso a paso, siempre con el objetivo en mente.
Un resumen de este método lo encuentras en Cómo planear tus acciones de marketing de forma fácil y práctica
¿Sientes que haces mucho y obtienes pocos resultados?
Si es tu caso revisa tu plan de acción y los objetivos (económicos y de posicionamiento) que tenías en un inicio.
¿Realmente estás dedicando tu tiempo y energía a ir por esos objetivos?
Si es así ¿hay algo que puedes delegar o que puedes aplazar para avanzar de forma efectiva?
5- Trabajar en modo isla y dedicar poco tiempo al networking
Cuando decidí emprender desde casa, sabía que uno de los riesgos que corría era el aislamiento social.
Sin embargo, en un inicio no hice mucho por evitarlo. Como tenía tantas actividades encima y estaba con la motivación arriba, no me daba cuenta de que el tiempo corría en solitario.
Esa sensación de “super woman” duro poco. Me hacía mucha falta el contacto social y salir de casa no solo para hacer la compra.
Después de pasar una temporada bastante sola, decidí incluir en mi plan de acción actividades de trabajo por fuera de casa y de networking.
Tomé la rutina de trabajar 1 vez a la semana desde mi café favorito. No me ha servido para hacer contactos, pero al menos me saca de mi rutina y me ayuda a no sentirme tan sola.
Lo que sí me ha servido para darme a conocer y empezar a crear comunidad es hacer networking activo de forma online y offline.
¿Cómo?
Participando de forma activa en grupos de emprendedores en redes como Facebook e Instagram. Pero al mismo tiempo, participando en eventos de mi región, donde he conocido otros emprendedores y empresarios que tienen los mismos sueños que yo: ser jefes y no morir en el intento.
Cómo evitar el aislamiento social:
1- Empieza por buscar aliados en el entorno online, pero no te quedes allí. Si encuentras personas con las cuales tienes intereses y valores en común, no dudes en proponer un encuentro en vivo. A veces es cuestión de organizar agendas y de pedir ayuda con tareas u obligaciones que tengas, para que puedas disponer de ese tiempo.
2- Aprovecha cada encuentro para presentarte y dar a conocer lo que haces. Cada vez que hablas de ti mismo y de tu negocio tienes una oportunidad para vender lo que haces y dejar la mejor impresión. Así que antes de salir de casa ensaya tu elevator pitch.
3- Si estás en Alemania, busca en tu localidad eventos organizados por asociaciones (Verein) y las IHK (Industrie und Handelskammer). Usualmente organizan eventos y capacitaciones para empresarios que te pueden ser de utilidad y donde además puedes hacer networking.
4- Programa dentro de tu agenda al menos un evento por mes. No tiene que ser una capacitación o charla dictada por un experto. Puede ser una salida a tomar café con otro emprendedor que conozcas y con quien tienes intereses en común. El hecho es mantener ese contacto con el mundo exterior, para que tanto tú como tu negocio vayan por buen camino.
Esos son los errores más grandes que cometí durante mi primer año como emprendedora. Espero que te sirvan de guía para no pasar por lo mismo.
Y tú, ¿qué errores has cometido en el tiempo que llevas como emprendedor(a)? Cuéntame abajo en los comentarios
Gracias por leer, volver y estar siempre allí!